Patología Forense. Introducción a la Estrangulación: Tipos de estrangulación

 

Dividiremos en 3 grupos + 1 los tipos de estrangulación, siendo tal división:

  • Estrangulación Manual
  • Estrangulación Antebraquial
  • Estrangulación a Lazo
  • Otros métodos de estrangulación más inusuales

La ESTRANGULACIÓN MANUAL, como su propio nombre expresa, es aquella en la que la presión se ejerce sobre el cuello mediante maniobra de “presa” con las manos. Salvo casos muy especiales, por norma general son los dedos los que ejercen la máxima presión, y es tan habitual que el agresor use ambas manos como solamente una, con la diferencia que, al hacerlo con ambas, los pulgares pueden atrapar la laringe y comprimirla, o bien dirigirse posteriormente, comprimiendo preferentemente estructuras vasculares. Rara vez se utiliza la palma de la mano sin el uso de los dedos como elemento compresor.

En lo relativo a la etiología médico legal, hablaremos de homicida, suicida y accidental.

Homicida: Salvo pocas excepciones, la gran mayoría de estrangulaciones manuales tienen etiología homicida, donde la muerte es posiblemente originada por inhibición vagal.

Aparte de casos excepcionales, este tipo de estrangulaciones suelen requerir una desproporción de fuerzas entre agresor y víctima. Las víctimas suelen ser mujeres, niños e incluso bebés. En adultos fornidos, es raro encontrar esta circunstancia salvo que limiten su posibilidad de defensa ya sea por intoxicación por drogas, patologías incapacitantes o bien si el ataque fue de manera sorpresiva.

La etiología suicida es recogida como imposible en a literatura. Al ceder la presión de la mano con la llegada de la inconsciencia, el suicida se recupera. No obstante, existe algún caso infrecuente en el que el suicida adopta una postura inadecuada en la que la presión no cede tras la pérdida de consciencia. En 1888 Polso y Gee documentan un caso en el que una suicida realizó una maniobra de estrangulación en la que, sentada en el suelo, sostenía sus codos sobre las rodillas flexionadas y apoyaba su espalda sobre la pared.

De manera accidental es posible que al agarrar fuertemente a otra persona por el cuello pueda resultar fatal. La muerte suele ocurrir por inhibición vagal y suele aparecer en contextos de disputas o encuentros sexuales con fines autoeróticos.

 

La ESTRANGULACIÓN ANTEBRAQUIAL es aquel tipo de estrangulación cuando el elemento usado para comprimir las estructuras cervicales es el antebrazo.

En la inmensa mayoría de casos el agresor se ubica detrás de la víctima, existiendo dos modalidades principales, que dependerán de la colocación del antebrazo respecto al cuello. En dichos casos las lesiones externas son menos visibles que en la estrangulación manual, debido a la ausencia del efecto traumático cutáneo de uñas y dedos. Este tipo de muertes generalmente requieren la intervención de un tercero pues no es posible el suicidio por esta modalidad, y suelen ocurrir de forma no intencional en las llamadas muertes bajo la custodia policial. Se han encontrado accidentales en procesos lúdicos y deportivos.

Los dos tipos principales de este tipo de estrangulación se denominan:

  • Bar Arm Control: Donde el antebrazo se encuentra sobre la vía aérea de manera transversal. La comprensión y consiguiente oclusión se produce en la vía aérea, ya sea por el colapso directo laríngeo o por el desplazamiento laríngeo contra la lengua. Para producir la pérdida de consciencia se requiere sostener la presión oclusiva unos minutos. Pese a hacer referencia al antebrazo, puede usarse cualquier elemento como una porra, una barra o similares. Pese a no denotar visibles daños cutáneos, en la autopsia encontraremos daños secuenciales de la compresión directa sobre el sistema cartilaginoso laríngeo (especialmente en edades avanzadas por la calcificación de dichos cartílagos).
  • Carotid Sleeper: En este caso, el antebrazo avanza y se coloca sobre la región cervical lateral, quedando el cuello de la víctima comprendido entre el antebrazo y el brazo (en forma de V). La “pinza” braquio-antebraquial es cerrada mediante la fuerza que se ejerce por el otro brazo del agresor. Las estructuras más afectadas son las vasculares, debido a que tanto el brazo como antebrazo comprimen las regiones laterales cervicales. Por el contrario que la modalidad anterior, la vía aérea no está comprometida y es más infrecuente encontrar lesiones cartilaginosas e hioideas laríngeas. La pérdida de consciencia se presenta en menor tiempo que el caso de Bar Arm Control, pues la presión sobre los vasos arteriales, conduce a dicha pérdida en aproximadamente 10 segundos

En artes marciales es habitual practicar esta defensa, denominada como “mataleón” (Jiu Jitsu brasileño) o “dormilón” (kenpo kárate americano).

 

En la ESTRANGULACIÓN A LAZO, la estructura que comprime la región cervical es un lazo de diverso material que es animado por una fuerza diferente a la del peso corporal (ya que de ese modo hablaremos de ahorcamientos).

Según el estudio matemático referenciado por Khokhlov en 2001, sugiere que el valor de la presión ejercida, actuando en cualquier parte de la ligadura es directamente proporcional a la tensión del lazo e inversamente proporcional al radio de la curvatura y al área de contacto entre el cuello y la ligadura.

 

Esta modalidad, generalmente es de etiología homocida, pero a diferencia de la manual, y, siendo poco frecuente, la etiología suicida es posible y ocasionalmente descrita en la literatura (Calydon 1990), pues al estar el lazo unido a otro elemento o estructura, la presión no cederá con la pérdida de consciencia del individuo.

En el caso de homicidio, todo tipo de material y contextos han sido posibles, aunque tal y como describe Fineschi en 1998, uno de estos tipos tiene personalidad única: el Incaprettamento.

Dicha modalidad, es famosa entre la mafia italiana, donde se asocia una estrangulación a lazo con una ligadura de las extremidades superiores e inferiores a nivel dorsal con el cuerpo depositado en prono.

 

La etiología accidental también es posible, generalmente en niños, al producirse de forma no intencionada con un lazo constrictor alrededor del cuello, como por ejemplo por los cordones de una cortina, o un colgante puesto en un bebé que queda enganchado en alguna estructura de la cuna mientras duerme.

Otra mención especial merece las estrangulaciones debidas a pañuelos, foulards, bufandas o prendas largas que se disponen en el cuello, cuando las mismas se enredan en elementos mecánicos rotatorios animados de una importante fuerza, ejerciendo un efecto constrictor del cuello. Los elementos más habituales en este caso son las bicicletas (Kholi 2005) y maquinaria industrial (Dogan).

En personas de edad avanzada, que presentan demencias a menudo o estados de agitación, se han encontrado estrangulaciones accidentales mediante los sistemas de sujeción que se utilizan para reducir la movilidad de los mismos durante los episodios de inquietud y delirium (Karger 2008). Se han hallado en este tipo de pacientes y en bebés casos descritos por estrangulación con las vías de fluidos intravenosos.

Hablando de bebés, es importante no olvidar la estrangulación intraútero, que puede tener lugar con el cordón umbilical.

En 1791 el Marqués de Sade reportó la utilidad de la autoasfixia como herramienta de incremento de goce sexual. Esta conducta, denominada hipoxiofilia o asfixiofilia, se engloba junto a la anestesiofilia, algofilia y la electrofilia en el concepto más amplio del autoerotismo parafílico.

La última etiología médicolegal referente a este apartado, será el suplicio, donde el popular garrote vil de forma evolucionada consistía en un collar de metal que, por medio de un tornillo, con una bola al final retrocedía produciendo la muerte al reo por la luxación atlo-axoidea en la columna cervical. Si la lesión aplasta el bulbo raquídeo o rompe la cervical con corte medular, se produce un coma cerebral y la muerte es instantánea.

Por último, en cuanto a otros métodos inusuales de estrangulación, encontraremos referencias como la de Hejna en 2006, donde las puertas automáticas atrapan el cuello de la víctima al cerrarse, o las ventanillas automáticas de los coches con los niños, que de manera accidental puede acarrear graves consecuencias.