Cada día es más habitual el escuchar en las noticias la intervención de la figura del perito judicial en los procedimientos, pero, muchas personas aún no terminan de entender qué puesto ocupa esta figura en los procedimientos.

Por poner un ejemplo reciente, nos remontaremos al caso del pederasta de Ciudad Lineal.

Como es lógico, los hechos de por sí ya son espeluznantes, pero, es habitual tras escuchar sentencias comentarios del tipo “con todo lo que ha hecho y sólo le han condenado a X meses o X años”. ¿Qué sucede? Que los abogados por falta de medios, no suelen realizar el trabajo de investigación que todos los casos requieren, y esos pequeños detalles o elementos que pueden agravar o atenuar una condena, quedan en el aire y no son tenidos en cuenta. Aquí es donde entra el perito judicial, en esta noticia, elegida al azar:

Noticia

Se aprecia que es un perito judicial el que ha determinado que esta agresión sexual a una menor en Madrid, tiene un considerable agravante, ya que pudo haber muerto debido a las pastillas que el agresor le hizo ingerir (benzodiacepinas). Gracias al trabajo del perito, este agresor además de los delitos ya imputados, será juzgado y posiblemente condenado por los agravantes sucedidos en los hechos.

La Noticia dice así:

“Madrid, 2 dic (EFE).- Una perito judicial ha destacado hoy en el juicio contra el presunto pederasta de Ciudad Lineal que la niña de nueve años a la que supuestamente suministró tres pastillas tuvo un “riesgo vital”, ya que debido a la elevada cantidad ingerida y a la edad de la menor, “las consecuencias eran imprevisibles”.

Se trata de una perito judicial que ha comparecido ante el tribunal de la Sección Séptima de la Audiencia Provincial de Madrid, que juzga a Antonio Ángel Ortiz, de 44 años, para quien la Fiscalía pide 77 años de prisión por secuestrar y agredir sexualmente a cuatro niñas.

En su declaración, ha manifestado que teniendo en cuenta el peso y la droga suministrada a la segunda víctima, denominada TP3, hubo “riesgo vital” que, según ha explicado, “podría haberla causado una alteración del sistema nervioso que hubiera puesto en peligro su vida”.

Con su declaración, una de las acusaciones particulares trata de probar la tentativa de homicidio que le imputa al acusado ya que sostiene que sí que hubo un riesgo de muerte para esta menor, que fue agredida el 10 de abril de 2014.

La niña de nueve años presentaba un cuadro de intoxicación considerable al haber ingerido tres pastillas de benzodiacepinas, que la produjo “debilidad muscular, aturdimiento y somnolencia”, de forma que se durmió en menos de una hora.

Horas después, cuando fue encontrada en el metro, la menor todavía seguía “muy desorientada y adormilada”, hasta el punto que era francamente complicado poder examinarla cuando llegó al hospital debido a la elevada dosis, ha explicado la perito.

Esta niña llegó a vomitar dos veces en la casa y una en el hospital, algo que en caso de no haber ocurrido la hubiera provocado una intoxicación mayor cuyas “consecuencias eran imprevisibles”.

Con todo, ha querido dejar claro que debido a su estado la menor estaba expuesta a cualquier tipo de peligro, como ser atropellada por un coche o caerse por las escaleras. EFE”